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domingo, 16 de junio de 2019

La ideología de género no es ciencia, es ideología



 P. Gonçalo Portocarrero de Almada


La ideología de género no es ciencia. Es, como su propio nombre indica, ideología, o sea, una interpretación política de la naturaleza y de la sexualidad humanas.

La Congregação para a Educação Católica ha publicado ahora la instrucción “Homem e mulher os criou”, que recuerda la incompatibilidad entre la ideología de género y la antropología cristiana. Por eso, el relato bíblico de la creación refiere que la especie humana fue hecha a imagen y semejanza de Dios y que, por tanto, es divina y original la diferenciación de los sexos porque, como se lee en libro del Génesis, “Dios los creó hombre y mujer” (Gn 1, 27).

Como declaró el cardenal Giuseppe Versaldi, prefecto de la Congregaçión para la Educación Católica, al portal ‘Vatican News’, las “teorías de género, particularmente las más radicales, se distancian de los datos naturales, que sustituyen por la decisión del sujeto”. Según el Cardenal Versaldi, con esta ideología “se pretende eliminar la diferencia sexual, haciéndola irrelevante para el desarrollo de la persona”.

Este documento de la Santa Sede, ahora publicado, comienza con una exposición introductoria sobre “los puntos de encuentro y las críticas” de la Iglesia católica a la ideología de género. Esta introducción, aunque crítica, elogia la “apreciable exigencia de luchar contra cualquier expresión de discriminación injusta”, la mayor conciencia de la  “dignidad igualdad entre hombre y mujer”, o “la profundización del valor de la feminidad”, y el mayor empeño en la “educción de los niños y los jóvenes en el respeto hacia todas las personas”, así como por el rechazo a cualquier forma de acoso.

La segunda parte de esta instrucción consta de una “reflexión crítica” sobre los aspectos que llevan a proponer, a nivel antropológico, “una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculada de la diferencia biológica entre masculino y femenino”.

En una tercera y última parte, se presenta una propuesta de discernimiento sobre “la verdad de la persona y sobre el significado de la sexualidad humana”, que es algo que cada persona “debe respetar y no puede manipular como le apetece”.

Una cuestión específica, abordada en la instrucción “Hombre y mujer los creó”, dice del género neutro, o tercer género,  cuya construcción ficticia dificulta el proceso de identificación sexual: “la formación de la identidad se basa en la alteridad; en la familia, la relación ante la madre y el padre facilita al niño la elaboración de su propia identidad -diferencia sexual. El género “neutro” o “tercer género” surge, por el contrario, como una construcción ficticia”.

La referencia a un tercer género, o género neutro, “oscurece la noción de sexualidad con una calificación estructurante de la identidad masculina y femenina. El intento de superar la diferencia constitutiva del masculino y del femenino, como sucede en la intersexualidad o transgénero, lleva a una ambigüedad del masculino y femenino que, contradictoriamente, presupone la diferencia sexual que se pretende negar o superar. Esa oscilación entre masculino y femenino, es solo una exposición ‘provocadora’ contra los llamados ‘esquemas tradicionales’, que no toma en cuenta el sufrimiento de aquellos que viven en condición indeterminada”.


La ideología de género no solo contradice los principios morales y científicos sobre la identidad sexual, sino que también pretende imponerse como pensamiento único, una especie de dogma laico sobre la naturaleza humana y su sexualidad. Contra tal peligro también advierte este documento del magisterio de la iglesia. El texto de la Santa Sede, partiendo del “dato biológico de la diferencia sexual entre hombre y mujer”, previene contra el peligro de que, en la enseñanza, la ideología de género, que no tiene fundamento científico, sea impuesta dogmáticamente: “Hay mucha confusión y en las escuelas se corre el riesgo de imponer un pensamiento único como científico. Respetamos todos -afirma el Cardenal Giuseppe Versaldi- pero pedimos para que sean respetados”.

El texto de la Congregación para la Educación Católica es dirigido a los presidentes de las Conferencias Episcopales, que lo deben hacer llegar a las escuelas católicas, así como a aquellos que, “animados por la visión cristiana de la vida, trabajan en nuestras escuelas”, a las organizaciones educativas, padres y estudiantes.

Ya el 14 de noviembre de 2013, la Conferencia Episcopal portuguesa publicó la carta pastoral “A propósito de la ideología de género”, en que sostiene que esta ideología pretende provocar una “revolución antropológica”.

El documento del episcopado portugués identifica un conjunto de ámbitos en los que esta ideología ha venido promoviendo una “ruptura  civilizacionnal”, que pasa por la adopción de una lengua alternativa. En vez de sexo (algo básico, identificador de la persona) se habla de género (construcción cultural y sicológica de una identidad); en vez de igualdad entre hombre y mujer, se refiere a igualdad de género; y la familia es sustituida por familias.

Por eso, en vez de “ideología de género” se prefiere ahora hablar de “igualdad de género”, porque aquella expresión acentúa el carácter ideológico y doctrinario de una propuesta que ya no tiene por paradigma la familia natural, que es el modelo al que remiten los artículos 16º, de la Declaración universal de los Derechos del Hombre, y 36º y 67º, de la Constitución de la República.

Es el caso del Secretario de Estado de Educación, João Costa, considera que va contra la ideología de género “quien teme la igualdad”, porque prefiere “la injusticia, el sufrimiento escondido […] la humillación y la discriminación”. Después, eleva a la condición de derecho humano la igualdad de género, para concluir su obligatoriedad, porque “los derechos humanos no se negocian, no se trastocan y no son facultativos; la ciudadanía en las escuelas no es facultativa”. (Público, 7-3-2019).

Ante la rebeldía de los padres y profesores, los alumnos de las escuelas estatales son ahora formados según la ideología de género, que no en vano es ideología y no ciencia. Peor aún, se contradice la Constitución que, en el nº2 de su artº 43, afirma taxativamente que “el Estado no puede programar la educación y la cultura según cualquier directriz filosófica, estética, política, ideológica o religiosa”. Nótese que se prohíbe tanto la confesionalidad religiosa en la enseñanza estatal como cualquier directriz ideológica como es, ciertamente, la ideología (o igualdad) de género.

La especificación sexual de cada individuo es innata, al contrario de lo que pretende la ideología de género. No se es hombre o mujer porque se ‘tiene’ un cuerpo masculino o femenino sino, precisamente porque se es hombre, o mujer, el cuerpo es, respectivamente masculino o femenino. La condición masculina o femenina no es solo ni esencialmente corpórea, ni cultural, sino deriva de una determinación que acontece en el momento de la concepción del ser humano, que es, desde su inicio, hombre o mujer.

No se viene al mundo asexuado, ni neutro, porque se nace varón o hembra, como también se es concebido humano y dotado de inteligencia y voluntad: ningún individuo racional puede optar a ser mineral, o vegetal; ni ser más viejo o joven que su edad real; ni por ser hombre, siendo mujer, o viceversa. Puede haber , ciertamente, quien no se vea en su sexo, o edad, pero esa circunstancia no significa, como es obvio, que tenga otro sexo, o sea más joven o más viejo de lo que realmente es. Lo mismo se puede decir de quien padece el síndrome de Turner, o el de Klinefelter: son muy raras anomalías cromosómicas, que deben ser atendidas como lo que son y no como un nuevo sexo, o género. Y esto no es religión, ni ideología: es ciencia y biología.

Sería interesante que la oposición examinase la acción del gobierno en esta materia, en defensa de los principios constitucionales de la libertad de enseñanza y de aprender, y del carácter no ideológico de la educación estatal. Otro tanto se diga del tribunal Constitucional, que debería verificar si ciertas directrices del Ministerio de Educación para la educación en la ciudadanía, en las escuelas bajo su tutela, no se encuentran heridas de inconstitucionalidad…

https://observador.pt/opiniao/a-ideologia-de-genero-nao-e-ciencia-e-ideologia/?fbclid=IwAR2LMhwiL9VssVYz4TsmYJoyA02T4uBHb5P6H0ahMiPypOxlzc3KzAeO8VA

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